Estudiar el Nuevo Testamento es apasionante. Es tanto como emprender un viaje a través de valles, montañas, ríos y bosques entre otras muchas manifestaciones de paisajes atrayentes, de esos que se quedan en nuestra memoria para siempre. Y en cada nuevo recorrido, aprenderá muchísimo. Podrá aplicarlo a su vida personal, espiritual, familiar y ministerial.
El primer aspecto a considerar es que entre el libro de Malaquías y el evangelio de Mateo transcurrieron alrededor de 450 años. Es lo que se conoce como el período intertestamentario. Fue un largo silencio profético durante el cual los israelitas se prepararon para la venida del Mesías. Lo grave es que cuando vino, no lo recibieron, como advierte el apóstol Juan:
En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.»(Juan 1:10-13 | RV 60)
Ahora consideremos cuál fue el escenario en el que apareció nuestro amado Salvador:
En el ámbito político, Roma estaba ejerciendo el poder imperial desde el año 332 a.C., aproximadamente. Se consolidó en el Mediterráneo y dominaba sobre Israel. Lo hacía a través de una estructura de colonias militares. Estableció sobre sus gobernados, pesados tributos.
Lo positivo es la red vial que construyó. De esta manera, era fácil trasladarse de un lugar a otro. De la mano con esas obras de ingeniería construyeron acueductos y sentaron las bases para la dinamización del comercio.
Ahora bien, como Israel era proclive a las revueltas religiosas y políticas, los romanos instauraron sobre el país prefectos militares que reaccionaran ante cualquier intento de sublevación.
En materia cultural, los israelitas tuvieron la ventaja de acceder a múltiples idiomas: el griego, el latín y el arameo, además del hebreo. Esa fue una poderosa condición que favoreció la expansión de las Buenas Nuevas de Salvación en los dos primeros siglos de nuestra era, coinciden en asegurar varios teólogos.
CREENCIAS DOMINANTES
El ambiente en el que Jesús inició su ministerio, estuvo rodeado por múltiples creencias provenientes de los romanos. Cabe resaltar entre otras:
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Antes de instaurarse en la amplia región del pueblo hebreo, la preeminencia la había tenido la filosofía que tenía especial incidencia en los círculos intelectuales. Esa influencia provenía de la cultura helenística o griega.
EL ENTORNO POLÍTICO
Jesús inició su ministerio terrenal en momentos en los cuales había resentimiento hacia la dominación romana.
Tiempo atrás los Macabeos se habían revelado contra el imperio de Roma (167-160 a.C.). Reaccionaron frente a lo que consideraron arbitrariedades promovidas por Antíoco Epífanes quien profanó el Templo de Jerusalén en el año 17 a.C. y dedicó un espacio para erigir una estatua de Júpiter. Prohibió igualmente la observancia de algunas leyes de Moisés.
¿POR QUÉ CREEMOS QUE LOS LIBROS SON AUTÉNTICOS?
Uno de los interrogantes frecuentes cuando iniciamos un Panorama del Nuevo Testamento gira alrededor de cuáles son las razones sólidas para considerar que los libros, comenzando por los Evangelios, son auténticos.
Pues bien, parten de un Canon o regla que determinó una lista de libros aprobados para su inclusión en la Biblia. Debían reunir al menos tres características:
- ________________ divina.
- Estar en consonancia con las enseñanzas del ________________.
- _________________ en la transmisión de su contenido.
El Espíritu Santo acompañó a los discípulos en la tarea de compilar las enseñanzas del Señor Jesús (Juan 14:26)
Varios expositores de los Siglos I y II citaron textos del Nuevo Testamento, entre quienes podemos mencionar:
- Irineo (finales del siglo II – citó 22 de los 27 libros del Nuevo Testamento)
- Tertuliano (160 – 220 d.C. mencionó los libros del Nuevo Testamento)
- Orígenes (185-254 d.C., citó la totalidad de los libros)
- Clemente de Roma
- Ignacio de Antioquía
- Eusebio de Cesarea
- Atanasio de Alejandría
- El Concilio de Cartago, en el año 397, cerró el Canon de los libros del Nuevo Testamento.
No podríamos desconocer que en los primeros siglos de nuestra era surgieron varios textos de carácter apócrifo que, si bien es cierto pretendían ser piadosos, no tenían fundamentación, inspiración ni correlación con los libros del Antiguo Testamento.
Nos alegra saber que ha asumido el desafío de navegar a través de los Evangelios, libros y cartas que componen el Nuevo Testamento. Podemos asegurarle que será una experiencia altamente enriquecedora para todas las áreas de su vida y para su familia.
RESPUESTAS A LA LECCIÓN INTRODUCTORIA
A continuación, encontrará las palabras o frases que requiere para llenar los espacios en blanco que aparecen en la Lección de hoy:
Creencias dominantes
1.- Paganismo
2.- Magia
3.- Astrología
4.- Religiones de misterio
¿Por qué creemos que los libros son auténticos?
1.- Inspiración
2.- Antiguo Testamento
3.- Confiabilidad
© Fernando Alexis Jiménez – Entrenador del Instituto Bíblico Ministerial de la Misión Edificando Familias Sólidas (Colombia)